Sin palabras. Hacer este pequeño crucero es una de las cosas que realmente hay que hacer si se viene a Egipto y no sólo eso, sino que me atrevería a decir que es uno de los viajes que hay que intentar hacer una vez en la vida, y lo digo estando completamente convencido. Es lo que me habían comentado hace tiempo gente que había tenido la oportunidad de disfrutarlo desde España, y es lo que he vivido. El encanto del viaje está en lo completo que es, porque al tiempo que disfrutas de un crucero magnífico de tamaño medio recorriendo el Nilo por el desierto (para los temerosos del mar, el barco no se mueve nada), disfrutas de tiempo de relax en la piscina, de visitas a templos faraónicos ancestrales en diversas paradas por el recorrido y de dos ciudades muy diferentes, Aswan y Luxor, pero llenas de variados encantos.
En nuestro caso hicimos el crucero (Aswan-Luxor), a favor de corriente, por lo tanto 4 días/3 noches. Fuimos a Aswan en avión desde El Cairo y allí pasaríamos nuestro primer día, porque el barco que ya era nuestro hotel no partiría hasta el día siguiente.
Aswan disfruta de un entorno privilegiado, el que le da la majestuosidad del Nilo envuelto de arena. Mezcla de colores continua, como el de su mercado rebosante de especias. Muchísima luz que rebota en el desierto para darle más esplendor al agua. Así y todo la arena ni roza el río, no se atreve. Ha sido tanta la historia de este río, ha sido tanta la riqueza que ha traido a las gentes del alto y bajo Egipto que entre sus regalos ha dejado un jardín, un frondoso jardín que acompaña su recorrido de Sur a Norte y que hace que el auténtico faraón de Egipto se vista de verde y se engalane con palmeras y exóticas plantas. Disfrutar del recorrido observando las orillas es ya un auténtico placer, a veces un recorrido solitario, y a veces rebosante de aldeas y pescadores.
Volviendo a Aswan tengo que destacar la faluca. La faluca es una pequeña embarcación tradicional de Egipto. Un pequeño velero, cuyo "casco" te permite navegar con la mano dentro del agua, tumbado y disfrutando de una puesta de sol. Sin más ruido que el de la corriente del Nilo, que sabe que una vez superada la gran presa, no tiene casi ningún obstáculo más hasta el Mediterráneo, ya vuelve a ser libre. En Aswan podemos ver y hacer bastantes cosas, como siempre, más de las que el tiempo disponible nos permite. Afortunadamente nos hemos permitido el lujo de no ir ni a Abu Simbel ni al templo de Filae, simple y llanamente porque volveremos, es lo que tiene vivir un año en El Cairo. Disfrutar de la faluca y conocer un poblado nubio y sus gentes nos pareció más atractivo, viendo cómo viven y cómo son, aunque obviamente están tocados por el turismo, por los turistas como nosotros que pagamos por visitarles y les dejamos "propinas", y qué os voy a contar, aunque siguen viviendo a su modo, los seguimos cambiando, desgraciadamente me temo que esto es inevitable.
Una vez se zarpa del punto de embarque se recorre el río hasta Luxor durante varios días parando para visitar impresionantes templos. La palabra es esa, impresión, mezcla de sorpresa y admiración. Qué ignorante soy, cada día que veo más cosas más cuenta me doy. Yo me fascinaba por ruinas del viejo contienente, por catedrales construidas a lo largo de décadas sin saber que, olvidando las pirámides, Egipto está plagado de templos, con 3000 (y muchos más) años de historia, que se conservan perfectamente, llenos de inscripciones, majestuosos, y que conservan hasta colores de la época, apasionante. El que no vea esto, habrá visto poco, porque es parte del origen de las civilizaciones, y es enorme, grandioso. Cuántos templos hay? muchos, inviable verlos todos, y todos en formidable estado. Se queda uno con cara de tonto cuando le dicen que entre todos los templos, tumbas, pirámides y tesoros en general, se tiene plena convicción de que sólamente se ha encontrado el 30% de lo que hay, vaya cifra no? habla por sí sola. Dicen que está plagado, sólo hace falta escavar en el sitio justo y premio. Hasta por Sudán,históricamente parte de Egipto, si se pusiesen a buscar encontrarían mucho, pero mucho.
Personalmente me ha fascinado ver los templos de noche, iluminados. La imaginación vuela cuando intenta hacerse una idea de cómo vivían en aquella época y lo que podía representar entrar a un templo sagrado tan impresionante con todo lo que ello implicaba. Hoy en día no existe comparación, habría que crear un rascacielos inimaginable y que fuese sagrado, quizás que para nuestras creencias actuales, por decir una tontería, nos regalasen dinero y nos convirtiesen en más guapos o más feos, o eso pensásemos, y que un ser supremo de carne y hueso presidiese la escena, a saber...
Entre los circuitos comerciales la gran mayoría verá lo mismo que vimos nosotros, parando para ver el templo de Kombo y el templo de Edfu. Y de ahí a Luxor. Qué decir de Luxor, bárbaro. Mucho para ver. La antigua Tebas es la joya de la corona. Templo de Luxor, Karnak (con espectáculo de luces y sonido nocturno incluido), valle de los reyes, de las reinas, de los artesanos... de todo. Una paliza, pero merece la pena, hay que ver todo lo posible, es impresionante, ya lo he dicho, pero me repito porque lo merece. En el valle de los Reyes están casi todas las tumbas, escondidas entre montañas, qué desconfiados eran y cuanta razón tenían, no hemos cambiado. La corrupción ha saqueado los tesoros de este país y los seguirá saqueando, pero como hay tanto por descubrir, seguramente al final el resultado sea aceptablemente maravilloso.
El que tenga la oportunidad, que no se pierda este viaje, una vez en la vida como mínimo. Es asombroso. No es que sea recomendable, es que en mi opiniòn es casi un viaje obligado.
Un abrazo a todos.
Fotos
Lo mejor: en este viaje, todo
Lo peor: Las propinas. Pero no se dan cuenta que dejan una imagen paupérrima? No se dan cuenta que es un robo continuo? siento decir esto, pero el choriceo con los turistas es excesivo. Un abuso. De todas formas por unos euros más no pasa nada, no merece la pena un enfado, no? pero éste es el centro del problema, ellos lo saben.
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